El escape como espacio de fantasía que he creado, para deslizarme de las fronteras de una realidad que siento tan mía pero tan ajena...que sea una franja de aire donde se suspendan los ingratos segundos que nos dejan todo el tiempo...

lunes, 18 de enero de 2010

No hay lugar en este fluir de horas,
de soles, de frío y de zapatos
para las afirmaciones serias,
los te quieros absolutos,
las direcciones correctas.
Sólo intuyo que a veces juego
unos juegos inciertos,
pases de manos que desaparecen
sin dejar el truco a la vista.
La decisión no es posible
si todas las cartas flotan
en la densidad de ese aire
dichoso y melancólico.
Todo parece más lejos ahora;
se me empuja más allá de la partida,
trivial, eventual,
soy forzada a avanzar
arrastrando fantasmas y demonios,
los recuerdos de otros juegos
eternamente aplazados
en su finitud planeada.
Me sorprendo siempre evadiendo
lo que no me corresponde,
segundos lugares, reflejos,
proyecciones de otras mujeres,
ésas que ya fueron
y éstas, las más, que faltan por vivir
que esperan mudas e impacientes
su breve turno en el juego.
Voy escapando a las fijaciones
de las palabras-dardos
(pobrecita, cómo corre)
con el deseo pronto a germinar.
Siempre se hacen malabares
con todas estas cosas,
que amenazan con caer
y quebrarse sobre los pies.

Diciembre, 2009.

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