¿Y ahora qué me queda?
Ni la soledad siquiera.
Pues te extraño contigo a mi lado
el arquero ahora yo soy;
no sé qué soy, mejor
la vida parece un sinsentido convencido
de su propósito de yacer o reciclarse.
Mis células se multiplican por millones,
a la par de las razones para la desesperanza.
Es inútil, la fuerza natural versus
la “crisis existencial”, bah
cómo dejamos que falte dinero para sueños
sin forma y hechos a pedacitos
si lo que persevera
también se cansa y no siempre se alcanza.
Memorias desperdigadas en hojas,
verdes, nutridas de duelo y carbono,
y blancas, con las palabras que sobran.
Te debo tanto, pero te pago luego…
no siempre se sale así de deudas tan grandes.
¿?
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