El encuentro con el otro frustra,
te corta todas esas ligaduras
que creías tan bien atadas
tan coherentes con el mundo,
la realidad establecida.
La llegada del otro te vacía,
tanto o más que su partida,
hace de tu seguridad pura espuma,
de tus razones excusas
y de la afirmación una pregunta.
2010.
1 comentario:
Plop!!!
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