Ahora me quiero escapar del pasado.
Es difícil, como volver a escribir sobre las notas del adolescente de hace muchos años. Como mantener una planta viva. ¿Pero cómo volver, cómo reinventarse? Ya hay más cosas qué contar, pero quizá ya es menos importante contarlas...la urgencia de gritar ya se devoró en sí misma, sometida a la inanición de la vida adulta.
El temido aburrimiento. Me amarra los dedos, les impide escribir...o quizá mis manos también les guste el old school de la tinta y la letra fea, los tachones obligados por la ausencia del Ctrl + Z, así como tampoco hay reversa en la vida real.
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